domingo, enero 20, 2008

Como el Tiempo


La ciudad estaba plagada de espectros. Todos caminaban apurados. Llevaban una sonrisa parecida a la del "Tila". Los versos consumían la medición de sus vidas. Las guerras internas mataban a cualquiera. Mejor ni hablar de las condenas sociales, esas son las peores.

Nadie supo bien, cuales eran las esperanzas. Nadie quiso ni siquiera mejorar sus intenciones. Sus visiones auguraron la más bastarda alegría. Mi botella de agua se esfumó al salir.

No quiero pensar en cuantas faltas ortográficas tiene este texto. Pues solo veo esos ojos marrones que me observaban en ese salón de clases. Ambos confiábamos en nuestras características. Queríamos un 7.0 o algo parecido. Algo me decía que lo conseguiríamos, ya que ella me había aceptado un poco más.

Se había sincerado como nunca nadie lo hizo. Volvían a confiar en mí. Eso me parecía raro como los hombros de un jurel. Extraño como los cabellos de la botella o la saliva de la momia.

La huida fue casi al instante. Prefiero el barrio Bellavista y aquellas miradas que no dicen nada, porque es más fácil y mis mentiras son lo más real que tengo...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin!!!
Gracias por actualizar...
Estas tan perdido ultimamente.
Y si, las guerras internas nos siguen matando.

TE KIERO MUCHO....

Eleanor Rigny dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
readymade dijo...

Ahora si!!

Aquí!!

Besitos para tí!!
http://readymade-pandemia.blogspot.com/
Pasa a verme!!

la sustituta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
la sustituta dijo...

las mentiras, los ojos. un poco más. me parece bien por hoy.




saludos totales