
Pensaba en la muerte. En lo qué se siente con la muerte, en cómo se vive la muerte. También recordaba mis propias muertes. Mis propias vidas. Fantasías, luchas de existencia, historias de muertes.
Creo que la columna del autor chileno le hace bien a su reconciliación con el suceso. Con los compromisos a solucionar sus penas.
Imagino la muerte de un hijo. Ideó la posibilidad de sentir un poco más de alegrías en esos momentos. Se me erotizó la piel al leer esta columna. La columna de un niño llamado Clemente, que ahora es de todos nosotros.
Si quieres leer la columna haz clic en el link.
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2007/12/27/clemente.asp
4 comentarios:
Cómo dejar de llorar nuestras muertes, como hacer para dejarlas en el tiempo, que el viento se lleve el dolor... El dolor de un padre que pierde a su niño.
El dolor propio, que parece interminable.
Besos primo, te quiero.
habría que acostumbrarnos al deceso, pero al parecer no queremos.
saludos totales
AMIGO: CUANTO TIEMPO SIN VENIR POR AQUÍ, AL PARECER NO ME HE PERDIDO DE MUCHO. QUE PUEDO DECIRLE, LA MUERTE SIGUE SIENDO UN TEMA DIFICIL, LA MUERTE DE UN HIJO DEBE SER LA MÁS TERRIBLE DE TODAS.
LAMENTABLEMENTE LA VIDA SIEMPRE SIGUE.
OTRA VEZ ME QUITO EL SOMBRERO ANTE SUS LETRAS.
SALUTES. Y SIGA DELEITANDONOS
Hey que pasa aquí... cuando actualizamos... donde esta todo el talento...
Ah?
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