viernes, diciembre 28, 2007

Viaja Clemente


Leía la carta de Cristian Warnken dedicada a su hijo Clemente. Se esbozaba la muerte del muchacho que partió desde su propia casa hasta quizás no sé donde.

Pensaba en la muerte. En lo qué se siente con la muerte, en cómo se vive la muerte. También recordaba mis propias muertes. Mis propias vidas. Fantasías, luchas de existencia, historias de muertes.

Creo que la columna del autor chileno le hace bien a su reconciliación con el suceso. Con los compromisos a solucionar sus penas.

Imagino la muerte de un hijo. Ideó la posibilidad de sentir un poco más de alegrías en esos momentos. Se me erotizó la piel al leer esta columna. La columna de un niño llamado Clemente, que ahora es de todos nosotros.

Si quieres leer la columna haz clic en el link.

http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2007/12/27/clemente.asp

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo dejar de llorar nuestras muertes, como hacer para dejarlas en el tiempo, que el viento se lleve el dolor... El dolor de un padre que pierde a su niño.
El dolor propio, que parece interminable.


Besos primo, te quiero.

la sustituta dijo...

habría que acostumbrarnos al deceso, pero al parecer no queremos.




saludos totales

KiLLeR_yyt dijo...

AMIGO: CUANTO TIEMPO SIN VENIR POR AQUÍ, AL PARECER NO ME HE PERDIDO DE MUCHO. QUE PUEDO DECIRLE, LA MUERTE SIGUE SIENDO UN TEMA DIFICIL, LA MUERTE DE UN HIJO DEBE SER LA MÁS TERRIBLE DE TODAS.
LAMENTABLEMENTE LA VIDA SIEMPRE SIGUE.
OTRA VEZ ME QUITO EL SOMBRERO ANTE SUS LETRAS.


SALUTES. Y SIGA DELEITANDONOS

Anónimo dijo...

Hey que pasa aquí... cuando actualizamos... donde esta todo el talento...
Ah?