jueves, febrero 01, 2007

Las mujeres son de Venus.


La película en la que aparece Mel Gibson convertido en el pedante y egocéntrico publicita Nick Marshall, quien escucha los pensamientos de las mujeres, me hizo pensar en lo agradable que sería tener ese “don”.

Junto a un grupo de trogloditas contertulios -con pene incluido-, hablábamos de la combinación perfecta. Mujeres y fútbol. Cerveza y pool. Asados y amigos.

La verdad es que cada instante en que el minutero se movía, me creía menos conectado a esos ilusos que piensan que el ser bestias les dará la bendición de sus sueños. Creen que el mentirle a sus respectivas compañeras les dará estabilidad. La rendición de sus anhelos está cada vez más desenfocada.

Hay quienes dicen que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Pues yo, he conocido a varios que siendo del planeta de los marcianos hablan perfectamente el venusiano, venusino o como puta madre se llame el idioma.

La historia trascendía entre cervezas y novelas recordadas. Cosquilleos contagiosos, costumbres muy de penes erectos o cero aportes a la cultura. Risotadas donde pedazos de carne se veían entre los molares, caninos o incisivos. Eructos al por mayor y garabatos para referirse a todo.

Hasta que llegó la mujer de uno de los asiduos. Su nombre no lo recuerdo -o no corresponde mencionarlo-, porque esta historia es de ella. Muy de ella.

Parecía enojada pues con un frío beso en la mejilla a cada uno de los que participábamos en el “Club de Tobi”, se sirvió un trago de esos que dan risas y se sentó frente al televisor. Al parecer, no nos quería allí.

Me pregunté. ¿Qué ganas de saber que estaba pensando? Que ganas de tener ese don para adentrarme en su psiquis y poder escuchar el decirnos quizás: “Hueones patéticos. Hombres sin vida, vayan a hacer felices a sus mujeres...”

Ya era tarde, muchos se habían marchado y también era mi turno. Fui al baño y ella me indicó donde era.

- Tu eres Renato, cierto, me preguntó.
- Si, yo soy el que fui bautizado de esa manera, cuando eran un pequeño sin discernimiento, conteste.
- Me han hablado mucho de ti.
- Para bien o para mal.
- No lo sé, me dijo, quizás lo averigüe en un rato más.
- No entendí, contesté ilusamente, pues era claro.

A la mañana siguiente sonó temprano mi celular. El infame me despertaba.

- Alo, dije.
- Hola, contestaron del otro lado de la línea, eres el Periodista que no sabe escribir, dijeron.
- Depende de que texto, repliqué.
- Soy la enojona de ayer, vas hoy en la noche donde la Alejandra.
- Puede ser, o puede que no. Nunca me han gustado las reuniones forzadas, donde soy el protagonista de la noche. No tengo un buen repertorio y mis ideas cada vez se están apagando, dije.
- Que cosas, me preguntaron.
- Nada, olvídalo.
- Oye, cuéntame algo ¿Para qué me llamaste?, pregunté.
- Quería saber si ibas...
- Yo no voy a ir -me dijeron- pensaba que tú tampoco.
- Ahora yo no voy, dije.

El Open Box fue testigo de aquella irracional velada. Sonaba de fondo "Dina Gómez", el grupo de Felipe Avello. Los nervios me hacían levantarme para ir al baño a cada rato, pues el local estaba atiborrado de gente.

Mi celular no paraba de sonar, era mi amigo –y su pene incluido-. No contesté, pues era el momento de disfrutar de aquella parte femenina. De la mujer que el no quiere.

De esa inteligencia que se enoja para salirse con la suya.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente debo decir que no me equivoque al eleguirte...

Fue agradable el saber que aún quedan hombres en chile...

besos y buscame, puede que em encuentres...

Anónimo dijo...

me parece haber leído esa historia en otro lugar... bueno, no me hagas caso...
te escribí para saludarte y decirte que me he acordado de tí todo el maldito día porque en la mañana escuché la canción de axel que te gusta...
besotes...
besotes...
besotes...
te estoy mandando mensajes porque le puse plata al cuernófono

la sustituta dijo...

.... no es tan desdichada la vida de Renato...
no es necesario detenerse a cada rato y pensar, desarticular las palabras que dijimos mal, o arrancarse los pelos por las malas compañías...

Anónimo dijo...

estuviste todo el día triste...

Que pasó...

Anónimo dijo...

no me quiero acostumbrar a tí, pero lo estoy haciendo...
eso es pésimo para mí y para mi filosofía de vida solitaria y sin amor... lamentablemente para mí tú tienes cosas que en un hombre me vuelven loca de atar y tal vez (según lo que te he escuchado) tú tb creas algo parecido de mí pero no con tanta vehemencia. La soledad me puso un poco sonza y no sé porqué te digo esto pero es verdad... tú me pediste que no me acostumbrara a tí y lo estoy tratando de evitar, espero que este tiempo que no nos vamos a ver me sirva para eso...

Anónimo dijo...

Sigues conquistando a ingenuas

Partituras Inconclusas dijo...

Me parece una muy fea actitud ese tipo de comentarios....

Lilo dijo...

Hola, primito, hace mucho que no pasaba por acá, ni por ningún lado... Hace mucho rato que me fui hacia adentro, tratando de encontrar un par de respuestas a mis miles de "porque?"
Fuí al doctor por un malestar y resulta que esta todo mal... Parezco drogadicta compulsiva y mi bolso una farmacia ambulante y de paso se terminaron la bohemía y los buenos carretes... Eso es lo que más duele... jaja.
Espero verte, talvez aún resista una chelita... Talvez podamos conversar un poco.
Fuí a ver a la Blanca, se veía bien, mucho mejor.
Besos... Y muy buenos todos tus últimos post y muy controversiales
como siempre...

Carla dijo...

Yo solo queria decir que:
* Sí, seguramente el pensamiento de ella fue "estos heuones deberían estar haciendo felices a sus mujeres"
* Este espacio de los omentarios estaría bueno para hacer una novela (o escribir un libro, dado tu procedencia)
* Hace rato que no pasaba por acá.

Saludos y un gran abrazo.