sábado, julio 15, 2006

Mirando por los Cristales...


Ayer cometí un nefasto error para mis pretensiones sociales. Creo que tropecé de nuevo con aquella misma piedra que me ha carcomido innumerable de veces mi desgarrado corazón.

Negándome a toda posibilidad de sentirme la “noticia” y queriendo solamente ser el reportero o ese triste mal periodista, me acerqué a esa misma mesa, pedí el mismo vaso y volví a repetir aquella amarga canción.

Recordé cuando creía que tomando todo el alcohol del mundo me harían olvidarte mientras estabas en los brazos de ese hombre con cara de niño bueno, encontraré aquello que perdí hace algunos años, mirando desde un inmaculado soporte.

Y después de esa noche, apareces y dejé de creer que en que nunca había visto unos molares, caninos e incisivos como los que nos ofreces a los que desde la otra vereda miramos tu cara por los reflejos que encontramos frente a tus caninos, molares e incisivos.

Y respondiste: No, ya hay mucho de la vereda del frente. Y yo riéndome con los recuerdos en aquella mesa y con ese vaso te dije que es precisamente allí donde estoy, todos los días del año, en frente y mirando por los cristales.

Caminando por Providencia, de regreso a mi casa en la agripada Marcoleta, me encontré de frente con unos niños. Me pidieron fuego para prender su cigarrillo. Pensé que se tabaco sería lo único digerido por esos estómagos hambrientos. Apareció la canción de Fito, ese “11 y 6”.

Cargando con esas maletas, cambiamos esos cigarrillos por un sándwich con jamón. Esos ángeles desaparecieron en lo que tardaron de digerir ese sándwich, no sin antes regalarme un abrazo solidario. Sabían que estaba más triste que ellos.

Esos ángeles simplemente tenían hambre.

No hay comentarios.: