viernes, junio 09, 2006

Prontuariado


Esta historia me la contaron de niño. Un día cualquiera de un mes idéntico, nace en Santiago de Chile un particular muchacho. Su pelo era rizado como el dibujo que se denota en la forma de la concha de un caracol.

Lo lánguido y escurrido fue lo impresionante para los ojos de sus padres, que veían como la generación se apoderaba de este jovencillo.

Para algunos era una bebe hermoso, para otros una guagua tan indiferente como las que he conocido en mis años de joven promesa de algo...

Rasgos tímidos eran lo que más se recuerdan de él. Sus vecinos no dudaron en comentar que lo insolente y la indolencia por las cosas era otra de sus gratas características. Quizás nadie, ni siquiera sus propios pariente daban un peso por el futuro del pequeño. Y no se equivocaron.

El es Martín, simplemente para no perjudicarlo.

Vivía en una ingrata población al comienzo de la década de los ochenta. Su vida era jugar y jugar. Leer y leer. Mirar y mirar y rebatir, enfurecerse y destrozar.

Por aquellos años nada importaba, nada más que jugar y divertirse con sus amigos. Nada más que conocer a Cervantes antes de los 7 años. Nada más que observar las nubes, limones o retos de los mayores. Era feliz rompiendo las plantas de aquel jardín.

Hoy a vistos a los que eran sus amigos de menor. Por estos días esos jóvenes no valen nada. Fueron vulnerables a la población y a su incierto futuro.

Nadie sabía con certeza cual iba a ser el camino que Martín tomaría. Y fue precisamente ese...

Hoy tiene la suma de esos dos números que dan nueve. Juega a ser algo así como un Neruda sin su Chascona. Extraña aquellas arañas que no lo dejaban dormir de noche. Añora morir quizás para encontrarse con el dueño de los dulces nocturnos.

La Ley y el orden le ganaron una de las más nefastas partidas. Quizás una que no merecía. Nada nunca será igual. Martín ha muerto y sigue vivo. Sus dedos fueron vulnerables ante una hermosa señorita con cargo administrativo. Martín fue prontuariado. Es un criminal que no mató a nadie. Es un bastardo habiéndolo perdido todo; buscando nada y esperando lo que se merece...

...la cárcel.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que hermoso texto.

Mi amor vuelve a mi casa. Prometo darte todo lo que necesitas.

Incluso te ayudo en tu causa judicial.

Partituras Inconclusas dijo...

No necesito tu ayuda...

Chao...

Anónimo dijo...

Es triste la historia de Martin, y lamentablemente se repite mas de lo que uno quisiera... ojala todos estos niños que nacen bajo circunstancias poco afortunadas, pudiesen cambiar en algo su destino.. y no tener q pasar por tantas cosas desafortunadas... de verdad, sueño en q eso pudiese cambiar..

Anónimo dijo...

Lamentablemente para Martín, esta historia se ha repetido por mucho tiempo...

Así es la Vida.

Partituras Inconclusas dijo...

Te quiero mucho janita...