sábado, junio 24, 2006

Las Hermosas Lesbianitas...


Quiero partir diciendo que este relato no es mío. Nunca lo será. Porque en este caso el amor funciona al revés.

Cuando conocí a la Cony estaba pasando una suerte de introspección femenina. Algo así como un bloqueo mediático con el sexo opuesto. Pero todo eso terminó cuando ella apareció en esa esquina. En la ciudad de las esquinas.

Rápidamente se transformó en una amiga muy especial. Tengo la sensación de haberla conocido de pequeño. Lo atractivo de ella pasa por su historia:

Mucho tiempo pasó antes que me pudiera dar cuenta que jamás podría pasar algo con ella. Es lesbiana. Su polola se llama Carla. Tomando un copete con ambas princesas les pido que me cuenten su historia.

La Cony dice que antes de salir de “closet” - como se dice vulgarmente- la Carla para ella era solo una de esas amigas inseparables. Todo cambio cuando miró que sus pechugas comenzaron a elevarse hasta llegar a la medida de 102cm; su trasero siempre fue bello. Tenía una colita paradita y muy apretadita. Desde siempre sentí calenturas hacía ella y hacía lo imposible para verla desnuda en el camarín en las clases de gimnasia cuando estudiábamos en el Carmela.

Hace más o menos un mes que no veo a Cony y ya estoy desesperada. Quiero tener una fotografía de ella pero aún así no sería lo mismo, el gimnasio estaba en reparación era ese el motivo de la ausencia de las clases de Educación Física, pero ayer recibí la noticia de que habilitaron nuevamente el gimnasio por fin podría ver nuevamente a Cony.

Hoy es el día en que veré a Cony no aguanto más. Quiero probarle su cuerpo entero. Quiero tocarle esas tetas tan grandes y ese culo que vuelve loco a cualquiera, nos saludamos nos dimos un beso trate de correrle la cara disimuladamente pero no pude darle en la boca. Mi sensación de calentura se hacía más fuerte; le pregunté si nos cambiábamos en el camarín y me dijo que prefería cambiarse en la sala que se encuentra debajo de las banquillas del gimnasio; que sensación; que suerte, por fin íbamos a estar las dos juntas en un lugar muy piola.

Cony comenzó a sacar su buzo ajustado del bolso y yo rápidamente me saqué toda la ropa, cerré la puerta del camarín y le dije a Cony que desde chica sentía una admiración muy fuerte hacía ella. Me dijo que pensaba que le gustaban los hombres pero este último tiempo que habíamos permanecidos aisladas, igual había sentido algo especial hacia mi.

Le tomé las pechugas y las besé. Me mojé toda; que sensación más rica la que había sentido. Realmente eran las pechugas más ricas que nunca había probado, se las sentí todas. Ella tenía una cara de caliente más que yo, le dije que me hiciera lo mismo y llegó, me agarró las tetas y me las chupo...ufff que sensación más rica la que había sentido; me encanto, me dijo que era muy bella y que tenían una forma muy linda.

Cualquier mujer u hombre se volverían locos por probarlas, me levanté y empecé a gemir; empecé a revisar todos los cajones y encontré una gran sorpresa, un consolador de unos 30 centímetros, deduje que el profesor de gimnasia tenía relaciones frecuentemente, concluí que por eso siempre andaba con el pene parado cuando nos daba clases de Educación Física.

Agarré el consolador y se lo metí por atrás a la chica sin que se diera cuanta que andaba con el consolador, escuché un gemidillo muy fuerte por parte de ella; se agachó y como dominada la tenía, lo único que hacía era gemir con el consolador adentro de su colita, yo estaba empapada, le saqué el consolador de la colita, le quedo más grande aún de la que ya tenía y le pedí que me lo metiera en la vagina.

Logró reponerse luego de esa gran penetración que le di y comenzó por introducirme el consolador salio mojadito, Camila estaba encima mío metiéndome el gran consolador de repente comienzo a gemir fuertemente y un gran chorro salio con fuerza de mi vagina tuve 2 o tal vez más orgasmos, estaba un poco cansada y me tocó a mi meterle el consolador a mi amiga al poco tiempo ella igual estaba mojada nos recostamos en las colchonetas y ella se quedo con el consolador adentro de ella y yo me introduje una vara gorda en la colita, dormimos unos 5 min.

Para reponernos, tomamos nuestras cosas nos vestimos, intercambiamos de ropa y salimos, la clase ya había terminado por supuesto y acordamos juntarnos en las clases de gimnasia los días que tuviéramos Educación Física, está claro que no hay mejor deporte que el sexo.

1 comentario:

Partituras Inconclusas dijo...

Gracias a mis amigas.

Por vuestra maravillosa historia.