domingo, junio 25, 2006

Aquella Tarde.


Algún día rogué,
A uno que se hace llamar Dios,

en encontrarte.

Al dueño de tu destino;
Una señal que aclarara,
Lo que veo en tus ojos.

Y su látigo,
Gano la partida .
Su estaca se clavó,
En mi puñal.

Comprendí que era la hora,
De conocer la trampa mortal...

Y me enamoré aquella madrugada,
De oscuros cabeceos,
De ese otoño denso.

Ya que tu luz,
Aclaraba mi sol.
Y lentamente caía,
La inexorable noche.

Estabas tan bella, tan mujer.
Hermosa; con los dientes apretados,
Rogando un beso;
Un suspiro,
Al dueño bandido.

Te quiero, lo reconozco.
No es un juego; lo aseguro.
Camino cansado,
Buscando preguntas,
A la respuesta dada.

Te quiero y no es un sueño;

Amplias mi mundo.
Ruego paciencia,
Para calmar,
La maldita ausencia,
Que tengo cada noche.

3 comentarios:

Lilo dijo...

No existen las respuestas...¿?
Yo si que las necesito...
Primo... Siempre es un placer, leer tu blog... Siempre es bueno saber que no estoy sola en mi locura. ¿Somos dos?
Recuerda http://soyyolalilo.blogspot.com
Hay te espero.

Lilo dijo...

De veritas, de veritas!!!!!!!!!
¡es un placer!

Partituras Inconclusas dijo...

Puta prima...

Si mis modestos escritos corrompen lo que usted conoce como verdadero, le prohibo volver a meterse en este Blog.

Si es un placer leer vuestra locura, seguiremos escribiendo para ambas locuras...Que son universales, y están dispuestas nacer de nuevo... Mil veces más...
Te quiero mucho Alejandra Lagos.

PD: Y Gracias por llamar.. Lo Necesitaba.