lunes, abril 03, 2006

Me Dejaste con una Partitura a Medio Concluir...

Inevitablemente vamos hundiéndonos con nuestros propios fantasmas terribles. Dime por favor que esto es un maldito sueño de meses del cual tarde o temprano despertaré. O por lo menos, miénteme una vez más.

Porque aquellos recuerdos que son una esfera en nuestro estomago, tarde o temprano explotaran como el maldito cáncer que a matado a cientos de personas en el orbe.

Y tú, caminas de la mano de aquellos afortunados que gozan tanto como lo hice en ese momento tan extraño y particular. Mientras tanto, desde la otra vereda observo tus pasos lentos y seguros, y lloro sangre por no tenerte.

Constantemente recuerdo cuando te paraste del palomo y recibí aquella descarga de desilusión y destierro, así, tal como la que recibieron los familiares de desparecidos del régimen del dictador. Ese helado de melón se trasformó en ácido para mi estomago. Apareció mi nuevo cáncer.

Las semanas fueron siempre nuevas expectativas; mis amigos miraban y desilusionados lloraban tanto como yo, cuando mi expresión cambio y se conoció mi verdadero semblante. Todo eso acompañado con los malditos cigarros que ayudan a este cáncer silencioso.

Me levanto cada día más temprano aprovechando cada minuto del inexorable para recordarte. Para sentarme al lado derecho de la cama a disimular que tú vienes te desnudas y hacemos lo que sabemos.

Pero la realidad es otra...

Mis ángeles se han marchado desde que cometí aquel grave error de tratar de olvidarte. De cambiarte por otra mujer. Esa de los pelos que caen como cascadas de petróleo, esa que lee lo que yo no leo. Aquellas manos que no son las tuyas; aquella mentira con nombre delicado.

Mi canción está cada vez más apagada, se diluye entre sorbos de angustiante líquido mata pajaritos. Se diluye entre risas fingidas o entre malos momentos con cáncer en los labios. Ahora me baño en mi sangre. Y las señales son cada vez más débiles.

Y las mentiras me han ayudado a desaparecer un momento entre las partículas de mi existir. De mi nuevo regalo. Una despedida.

Y me dejaste con una partitura a medio concluir, me dejaste solamente con dos corcheas escritas, que tienen tu nombre...

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