De niño me hablaron que Dios era grande y que rezando concedía favores...nunca pasó nada...
De un poco más niño me hablaron de un ser supremo que innovaba a su amigos para salvarnos...nunca pasó nada...
De mayor me dijeron que era muy corto el viaje y que debía señalar el norte y las estrellas polares...
Ahora...quiero cantarles de que nació un pequeño y diminuto hijo...
Gracias a todos...
lunes, marzo 26, 2007
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12 comentarios:
Plop!!
Exijo una explicación.
me dio mucha alegria haber estado presente en el proceso del nacimiento del niño, el viernes me sentí muy orgullosa de tí y muy contenta por haber recibido una foto dedicada especialmente para mi
besitos ricos
nos vemos luego
me dio mucha alegria haber estado presente en el proceso del nacimiento del niño, el viernes me sentí muy orgullosa de tí y muy contenta por haber recibido una foto dedicada especialmente para mi
besitos ricos
nos vemos luego
oh,oh
ups
De qué estas hablando...
Cómo es eso que un hijo...
Explicame...
Me has dicho que solo yo estoy en tu vida...
nadie cachó... bueno rena vas a tener que contarle a todo el mundo
que fuiste papá y que la wawita es mia tb
jajaja
Renato. Dime por favor que eso es una broma...
Jaja...
Me da risa este blog. Todas se pelean por una situacion que ni siquiera esta declarada.
Es una buena táctica para saber quien te quiere.
Saludos y lo más importante es que el resto de las historias del blog están padricimas...
Debes clarificarle al mundo que del hijo que hablas es un libro.
Tú primer libro de poemas.
no creo que estés hablando de un cabro chico... me suena a metáfora de algún cambio, o algo nuevo, alguna creación, algo por ahí....
saludos totales....
provocaste discusión, interés... tienes astucia
sandra
Hola una historia más para conocer. Con cuántas nos podemos encontrarnos en el trascurxso de la vida, sin duda, que son miles.
Te regalo hoy este pensamiento, Renato: "La voz humana entra en nosotros, forzosamente. Realmentela escuchamos en nuestro interior.Incluso, para escucharla bien, es necesario dejarla vibrar en nuestra cabeza y en nuestro pecho, en nuestra garganta, como si por un instante fuese nuestra voz, sin duda es por eso que las voces no nos engañan". (Jacques Lusseyran).
Saludos, Loquilla.
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