martes, junio 20, 2006

Tal Vez...




Ya sabemos que la vida es un sueño que algunos poetas nunca pudieron escribir.

Pasan y pasan los días y la triste canción que deprime a los corazones que te aman, dejó de sonar por la antología de las lunas llenas que clavan a la más inconmensurable luz.

Imagina aquel desconsuelo que agobia a ilusas ilusiones soñadas. Eso es como una virgen desesperada que te estremece y te enseña a pecar...

Tú eres esa virgen que me enseña a pecar, me dijo la Denisse después de subirse sus pantalones. Tengo que ir a trabajar, te quedas o te vas. Y salió del dormitorio.

La triste canción de amor, engendra el olvido de dos pobres corazones que acompañados, se sienten solos. Eso es lo que nos pasa. Ninguno quiere ni puede decir adiós. Fue un placer...

Nunca nos tuvimos, ni se tendrán...

Porque las noches siguen siendo más locas cuando camino por alguna calle de esta ciudad llena de luces. Luciérnagas de vidrio que alumbran a mi destino y futuro.

Sigo buscándote y encontrándote. Quizás por Movistar o tal vez por engaños. Ahora las noches no existen ni en los sueños frescos que aún mantengo intactos...

Déjame soñar con las notas de una partitura segmentada por tu cariño; para levantarme mañana y degustar el pan más blando de la bolsa. Para que nos sentemos en tu sillón y escuchemos aquella canción.

Después de eso, me levanté, adquirí una rosa y pretendo no verla más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Despuès de eso...que tanto deseo y quiero que sea èl, sòlo èl...èl es el hombre, sin duda, quizàs traiga consigo consecuencias, pero por lo menos me quedare con la satisfacciòn que quedarà grabado en èl y en mì momentos ùnicos que sòlo pertenecen a nuestra hermosa historia.

Mì mayor satisfacciòn es que despuès de eso...serà: que es y serà con î Bebè.

Partituras Inconclusas dijo...

Todos queremos grabarnos esos maravillosos instantes.

La única esperanza es sin duda, no desesperar...