sábado, mayo 27, 2006

Amores Incompletos


Hay una canción de una banda chilena que fue titulada por su autor como “Amores Incompletos”. Fue de esa poesía que rescaté este titulo para este relato. Historia que por supuesto, no es mía...

Siempre he sido un animal sexualmente hablando. Uno de esos románticos empedernidos y calentones incorregibles que no saben hacer otra cosa que enamorar mujeres ajenas. De esos que pasan la vida observándolas para posteriormente imaginarlas sin sus harapos o con diminutas bombachas transparentes.

“Ese es tu problema mi amor, engañas el sexo con el amor”, le decía siempre Denisse. Ella –como le decía en su alcoba- fue su última novia. Una abogada del Estado; hermosa, blanquita, de ojos verdes y pelo negro azabache. Ella era mejor que todo, incluso que el fútbol, el sexo experimental y la cerveza cara.

Recuerdo la primera vez que la vi. Fue un lunes por la mañana. Me la presentó mi amigo Julio. Lucía hermosa con su trajecito negro; con sus zapatos de taco alto y su olorcito a “Carolina Herrera”. Mi amigo, salía recién de las oficinas del diario que queda en frente de nuestro Palacio de Gobierno. Obviamente como el peor periodista del mundo.

Sus miradas iban y venía como cual partido de tenis. Ambos se dieron cuenta que esta historia florecía como un biscocho en el horno. Se dieron cuenta que esta historia recién estaba comenzando.

* Denisse, vamos a tomarnos un copete a mi departamento, le dijo.
* Ok. Estaba esperando que dijeras eso, tonto, responde segura.

Después de un intercambio banal de visiones metafísicas, sobre por qué el periodismo, la televisión y las jurisdicciones estaban como están, ella afirma que la noche había sido muy larga.

* Déjame, déjame, dice moviendo su apretado cuerpo que gemía sobre él.

El jadeo era descomunal. Ambos lograron llegar al grado máximo de aquella experimental performance. En instantes vuestros cuerpos comenzaron a ponerse fríos por tanto sudor y la noche era hermosa, con sexo, con fútbol, con música, con una mujer ardiente y otra victoria.

Aquella jornada en que los estudiantes chilenos protestaban por lo justo, pensaron que la noche había y debía seguir siendo el mejor regalo que ambos se podríamos dar. La historia era tan bonita como la de aquel guerrillero que mataron en nuestro vecino país. La historia era tan bonita como la partida de un Ferrari o un descubrimiento científico.

Era una situación demasiado extraña para un vagabundo. Uno de esos hombres que se hicieron hombres, saltando y saltando obstáculos. Era una situación extraña para un “perro vagabundo”.

Ese había sido el último calificativo dado por mi anterior amor-tortura. Y aunque creo que la vida se detuvo para mí, en aquel momento, aún espero y mantengo Todavía quiero ver ese artilugio templa en su femenina muñeca y oler aquel perfume; ese de la despedida.

Denisse lo mira sonriente y dice:

* Debo irme.

Fue en ese preciso instante en que comprendió que el idilio había terminado. Y que ambos debían seguir la existencia que os merecían. Me di cuenta que aquella mujer de trajecito negro, olor a perfume caro y zapatos taco alto, se marcharía para nunca más volver.

Comprendí que la muerte estaba regalándole una nueva posibilidad de pisar su lápida y caer lo más bajo que un “perro vagabundo” puede caer. Acepto la derrota hidalgamente y endulzó aún más el amargo café que tomaba. Precisamente como para matar a un diabético.

* Adiós, le dice.
* Chao, nos volveremos a ver.
* No, contesta inmediatamente.
* Mi marido no lo permitiría, sentencia y se va.

Personalmente nunca me han gustado las despedidas. Las dejo cuando asisto a un funeral y creo que a mi amigo tampoco, sabiendo que esta fue de una mujer. De una de sus victorias.

Mi vagón se volvía a iluminar y ya era hora de almorzar. Mi suerte no estaba conmigo porque ambos teníamos una discordia de años y heridas abiertas que todavía no cicatrizan.

Todo cambió cuando al subirme a un vagón en la estación Baquedano, la vi.

...No lleva puesto aquel reloj.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los tìtulos son interesantìsimo, pero al final elegì este...uf!!! por què serà...

En la vida hay miles de cosas que mucha veces no entendemos su versdadero significado, pero tambièn existen esos momentos locos que nos llenan de alegrìa y a la vez deseas qwue no se terminen nunca.( momentos con esa persona especial, por ejemplo)

Espero poder ser una persona que preste aporte en este lugar de encuentro.
Patty Sandoval.

Partituras Inconclusas dijo...

asi va a ser patty