domingo, octubre 28, 2007

¿Dónde estará el futuro?


No puedo recordar su nombre. Ricardo Retamales o Ricardo Retamal. Compañero de la colegiatura más pendeja que se tiene. Cursos en que nadie aspiraba a nada; no se compite y menos había lugar para desgracias.

Buena velada a orillas de Pio Nono. Mucha Heinekenn. Mucho tabaco. Muchas horas de conversaciones rememorando futuros y pasados que pasaron sin pena y con mucha gloria.

Acuchillamos a las estrellas con las pupilas dilatadas en imágenes con camisas blancas, pantalones plomos, chalecos pingüinos y una fea corbata con las insignia del viejo colegio destruido por la modernidad.

No entendíamos de política, ni de religiones, ni de amores ni de muertes. Ni de frivolidades, ni de desleales, ni de la vieja Mercedes que murió esperando que le diéramos las gracias por lo enseñado.

Hablamos de cosas bonitas, con los ojos cristalizados.

Buena suerte, hombre...buena suerte!!

miércoles, octubre 17, 2007

Las Palomas Doradas


"Las tumbas son para los muertos y las flores para sentirse bien...”.

Eso dice una canción de los Fabulosos argentinos que trascendieron en mis oídos. Muchos temas han muerto desde el día en que te marchaste necesariamente. Ahora lo entiendo perfectamente.

Sabías que las personas se mueren y no vuelven a vivir.

Sabías que tras muchos años de espera, hasta un buen plato de caca sabe rico.

Esperabas un comportamiento ejemplar a orillas del caótico ruido de la ciudad que está en llamas.

Los labios parecían olvidados, muertos el día en que brotaron y se apaciguaron lentamente tras los cúmulos olvidados.

Te quiero tan cual eres; con la mirada muerta en los niños terroristas. Las palomas que se movían tan rápido como querían. La tecnología abrumaba mi cabeza, mi bolsillo y todo lo demás.

Eres lo único real que tengo y te encuentras en otra galaxia.

Actualmente vivo en la década de los olvidados, los muertos saborean alcohol puro, y la saliva se desagua tras el último de los sorbos.

Aucas aparecieron tras nuestra caminata oscura, el dilema de la existencia se torcía como el amarillo crepúsculo que tanto detesto.

lunes, octubre 01, 2007

Sigue Riéndote...


Sigue descoyuntándote de aquellas cosas que extrañamente se transforman. Porque esa noche no volverá; siempre y cuando yo lo quiera.

Mis amigos gay me susurran al oído –con mi consentimiento- que debo cambiar la táctica. Algo así como embetunarme en tus historias hasta el punto de lograr un orgasmo fingido.

La verdad es que me siento un poco muerto; sin ganas; sin pasión; sin vergüenza y sin sonidos.

No creo ni en mis instintos. Ellos me han defraudado sin mi consentimiento; me comentan que mientes en todo momento, en todas partes a todo el mundo y, sin temblar.

No me puedo olvidar de aquella mañana cuando felices miramos espejos y las manos me sudaban cual nerviosismo empedernido.

No buscando señales ajenas, porque quiero mi nombre en tus labios y que los errores se transformen en virtudes.

Mi horario se encuentra ordenado, nada lo inmuta. Los papeles en mi oficina imaginaria siguen desordenados. Y las palabras perdidas.

No he ido a firmar en días y se me acaba la semana. Me arriesgo a que carabineros me atrape y me condene como a tantos.

Las calles de Santiago siguen en el suelo. Y sigo siendo un cobarde que le miente al mundo. Es más fácil. Es más tentador. Es más basura y más humano.

Las historias tienen ese final que huele a mierda. A ausencia mezclada con paz. Prefiero caminar boca abajo, no mirando rostros, dejando que piensen que soy un delincuente que les quiere robar la cartera.

Las historias se terminan como las trasmisiones televisivas y las palabras al cierre se me hacen coherentes.

Me acabo de quemar el hocico fumando de ese Belmont. Los paraísos siguen desiertos, los rumores abundan en todas partes y acabo de aprender que los sueños se hacen despiertos; son más entretenidos y siempre salgo victorioso.

Sigue riéndote pero no de mí...