lunes, julio 30, 2007

La Puerta


La puerta quedó entreabierta. Disimulando un desinterés. Algo oculto se apoderó de tus ojos y fueron el vivo reflejo de años mozos que no volvieron.

Las canas de colores florecían de tu cabeza como una cascada de golosinas. Millones de anécdotas se borraron de mi mente.

En un momento desapareciste de la habitación. Sigilosamente busqué la salida de ese departamento. L puerta estaba con llaves.

Me sentí ultrajado. Violentado. Aburrido. Un payaso. Estiércol. Muerte. Desvelo. Desilusión. Atontado. Un súper hombre. Un prostituto y mucho más...

De pronto apareciste. Vestías como para desvestirte. Sonreíste a lo lejos. Los encajes me provocaban. Quería estar a tú lado. Despierto y cantando que alguna vez lo pude hacer.

Mis labios no pudieron contigo. Me ganaste la batalla y la guerra. Mi cabeza explota, pues te he buscado donde nos conocimos.

Tú, cambiaste de bar y la puerta quedó entreabierta...

domingo, julio 01, 2007

Mis esperanzas


Me niego a los pies helados. Me niego a creerte cuando me mientes. Me niego a ensuciar la bufanda. Me niego a una inanidad. Me niego a perderte nuevamente. Me niego a observarte. Me niego a penetrarte con la mirada. Me niego a llorar sin pasión. Me niego a secar tus lágrimas. Me niego a esperar una goleada. Me niego a las novedades del tiempo.

Me niego al café cargado. Me niego a despilfarrarte de vista y a lo lejos. Me niego a los atardeceres solitarios. Me niego a la perdida del infante. Me niego a creer en una deuda millonaria. Me niego a tú falta de voluntad. Me niego a una titulación universitaria. Me niego a votar el cigarro. Me niego a regalar mi Mantecol.

Me niego a arrecir. Me niego al mentolatum en los ojos. Me niego a la música triste. Me niego a tú belleza exótica. Me niego a malas conversaciones. Me niego a los prólogos ingratos. Me niego al romanticismo sin sentido. Me niego a los ojos cansados.

Me niego a vagos comentarios. Me niego a la caída del pelo. Me niego a que mi madre esté serena. Me niego a un Valparaíso cochino. Me niego a la rebeldía contraida. Me niego a la droga que provocas. Me niego a una cama vacía. Me niego a desconocer tú olor.

Me niego a la muerte. Me niego a la sabrosa comida. Me niego a dejar de reír. Me niego a despertar. Me niego a tentarme. Me niego a contradecir. Me niego a presentar mis multitudes. Me niego a repetir falsas partidas. Me niego a un mal libreto. Me niego a pésimas actuaciones.

Me niego a quedarme solo. Me niego a la sangre que provocan malos besos. Me niego a escuchar dialectos confusos. Me niego a la cesantía periodística. Me niego a verbalizar tú nombre cuando duermo sereno.

Me niego a ser atractivo los viernes en la tarde. Me niego a comprobar errores. Me niego a la felicidad. Me niego al desosiego. Me niego a las mañanas. Me niego a levantarme temprano. Me niego a las fotografías. Me niego a superar.

Me niego al cahuín. Me niego a los pasos cadenciosos. Me niego a manejar mentiras. Me niego a una irresponsable paternidad. Me niego a agradecer cada gesto. Me niego a la caballerosidad falsa. Me niego a revisar el correo. Me niego a las cartas que no dicen nada.

Me niego a besar tú boca que se contradice.